CARTA A UN AMIGO MIGRANTE

Estimado amigo
Hoy partes a lo desconocido, parecería que los caminos se cierran cuando un país democrático que ama la vida y te acogió para vivir y luchar como ser humano te abandona sin dejarte opciones; pudiéramos buscar culpables, tratar de involucrar a muchos en el triste drama de la migración que afecta a las personas y se ha ensañado con nuestros hermanos cubanos y a la vez se alimenta día a día con los deseos del que presume dueño de sus destinos; que nadie pueda abandonar la jaula de oro.
Pasaran días, la larga, dura y peligrosa travesía te hará rememorar los momentos más felices y complejos de la vida; la militancia en el ejercito de los inconformes, la valentía de abandonar tu patria buscando futuro y libertad aun a cambio de la dejación de lo más preciado, la familia; la esperanza de un cambio en tu terruño y tus deseos de ayudar a construir una patria sin importar la política ni la religión; no entenderás en este momento ni tal vez nunca como los grandes políticos de la historia guardan un silencio cómplice ante tanta infamia o miraras al cielo pues hasta el mismo dios representado en el reino terrenal por el obispo sucesor de Pedro ha vuelto el rostro para no ver y extendió la mano al inquisidor.
Vendrán horas de infortunio, extorsión, chantaje, miedo pues son los señores del camino centroamericano hasta el Río Bravo; en estas tierras suramericanas dejas cosas valiosas; amor, amigos, sueños, pero lo más importante una gota para la copa del tantas veces mencionado vino que recibe por nombre Cambio.
Amigo entrañable, tú puedes ser cualquiera de los miles que trillan la tierra o surcan a diario el mar, para ti un puño lleno de ánimo, fuerza, solidaridad y un abrazo no de despedida sino de victoria; regresaras, no lo dudes, cuando la injusticia, lujuria y autoritarismo ya no sean los signos zodiacales del caimán.
Nunca olvides a ese gran latinoamericano, José Martí, ……… Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas.

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